XXIV MARCHA VALARTO AL RABIRÓN 2022
Con una temperatura muy agradable, comenzamos la XXIV marcha a pie. Este año la ruta marcada consistía en subir por el camino de Valdeviloria hasta el llano, y girando a la izquierda hasta el término de Valarto, un antiguo despoblado. Muy cerca del lugar donde estuvo el antiguo pueblo, hablamos de la primera referencia que nombra este lugar, mediados del sigloXIII. Su desaparición fue muy temprana, ya que a finales del siglo XV, ya era despoblado.
Continuamos por el camino que se dirige entre los términos de S. Cristóbal de Cuéllar y Vallelado, hasta llegar al pinar de San Cristóbal en el pago del Rabirón, rayando ya con el término de S. Miguel del Arroyo, muy cerca la Autovía de Pinares. Desde aquí podíamos divisar los vehículos que por ella circulaban. En esta confluencia y a la sombra de los pinos, hablamos del pleito que mantuvo entre el concejo de S. Cristóbal y la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar en el siglo XVIII. Los vecinos de S. Cristóbal lucharon por mantener su pinar, ya que la comunidad había denunciado a varios vecinos interpretando que el pinar era de su propiedad. Mediante la documentación que poseían los vecinos apelaron a la Real Chancillería de Valladolid, que falló a favor de este municipio. El topónimo de "Rabirón", debe su nombre a que este extremo del término, entre los de S. Miguel del Arroyo y Vallelado, tiene una forma alargada y estrecha como si se tratase de un apéndice o rabo, de ahí lo de "Rabirón".
En esta zona de pinar, en algunos lugares bastante espeso, se refugian bastantes corzos, por lo que no es difícil divisarlos a cierta distancia, ya que son animales huidizos y con un sentido del oído muy agudo, detectando enseguida a los humanos y huyendo con grandes y veloces saltos. Pudimos ver algunos a cierta distancia.
Este antiguo pinar, poblado de pinos albares y negrales, los vecinos de S.. Cristóbal tienen en gran estima y todos los años subastan la piña, siendo uno de los ingresos del propio ayuntamiento. Es un lugar ideal para pasear y estar en contacto con la naturaleza, durante todo el año, especialmente en otoño e invierno.
Después esta pertinente explicación nos sentamos en unos improvisados bancos de piedra que hay en una de las pimpolladas y allí disfrutamos cada uno del bocadillo propio, departiendo unos con otros. De postre unas ricas ciruelas claudicas propias de la zona. A punto de hacernos la foto de familia, nos sorprendieron 4 ciclistas de Chañe que venían por el camino, y que se apuntaron a la foto familiar. Emprendimos el camino de regreso a casa, con una temperatura muy agradable.
Agradecemos al ayuntamiento de Vallelado que nos haya facilitado un coche de apoyo conducido por Luis Ángel. Afortunadamente no tuvimos que hacer uso de él. Tan solo para llevar las mochilas de aquellos que no quisieron cargar con ella.
El número total de asistentes fue de 31, más un simpático perro negro, que nos acompañó. Según nos cuenta Luis Ángel, la distancia total recorrida fue de 10 Km. justos. No había echado mal cálculo este servidor de la distancia que íbamos a recorrer.
Gracias a todos los asistentes y a su buena disposición. Nos emplazamos el año que viene, Dios mediante, para continuar con estas marchas, donde además de disfrutar de la naturaleza, aprendemos cosas nuevas sobre la historia de nuestro Vallelado y de su término.
Echamos de menos a nuestro amigo Carlos Arranz, que en esta ocasión no ha podido acompañarnos por motivos familiares.
Aquí os dejo una galería fotográfica
de la bonita e histórica marcha de este año 2022