Ángel Fraile de Pablo
El domingo 8 de septiembre, como ya habíamos anunciado, sobre las 12:30, nos reunimos en la plaza y nos dirigimos hasta las 4 calles, para comenzar un paseo por algunas calles que forman parte de nuestra historia, y para inaugurar oficialmente las nuevas placas que se colocaron hace algunos meses.
La primera fue la calle de la Fragua. Esta antigua denominación en pleno casco antiguo de Vallelado, debe su nombre a la antigua fragua, de propiedad municipal, que estuvo situada allí, donde ahora se encuentra un gran cedro.
Seguimos la visita dirigiéndonos por la calle de la Fragua hasta el cruce con la calle de la Tahona. Esta denominación se debe a la existencia en el cruce con calle anterior, de una tahona de yeso. Estas tahonas o molinos, consistían en dos grandes piedras, una fija al suelo (solera) y otra superpuesta que giraba a modo de noria. Servía para moler grano, yeso, roña, y también la raíz de la rubia. La fuerza motriz para girar la pesada piedra superior la daba una caballería, por lo que a estas tahonas también se las denomina “Molinos de sangre”.
Cruzamos la carretera, para dirigirnos hacia la calle Burgos, llamada así por una familia pudiente que vivió en ella, en la esquina de la plaza Eulogio Muñoz, o plaza del Barruelo. En esta está la antigua placa.
Posteriormente cruzamos la plaza del Barruelo, hasta una calle corta que va desde la calle Corrales hasta la calle del Arroyo, y que está dedicada a un eminente médico nacido en Vallelado, calle de Mariano Cruz Baeza. Allí contamos parte de la historia de este gran médico, al que la vida no le trató muy bien que digamos. Al poco tiempo de casarse con Rosario, una compañera de estudios que conoció en la facultad de medicina en Valladolid, esta enfermó, por lo que desde entonces su salud no fue la misma. De este matrimonio nace una niña, Elisa. Al poco tiempo del nacimiento fallece Rosario, por lo que Mariano tiene que traer a la niña a Vallelado, y contratar una nodriza que la alimente, y cuide de ella. Como dice un antiguo refrán, “las desgracias casi nunca vienen solas…”, y al poco tiempo fallece también la niña. Mariano se hace médico militar. Estando en Madrid con su madre, que se encontraba en tratamiento médico, estalla la Guerra Civil, por lo cual queda aislado allí, sin poder volver a Vallelado. En plena guerra es destinado al hospital de Toledo. En septiembre de 1936, las tropas de Franco toman Toledo, y los trabajadores del hospital salen huyendo por miedo. Mariano se resiste a abandonar a sus enfermos, y muere en extrañas circunstancias. Todo un cúmulo de desgracias para este gran médico, al que Vallelado, con toda la razón le ha dedicado una de sus calles, en señal de agradecimiento.
Para acabar este recorrido histórico nos dirigimos hasta la plaza de Modesto Fraile Gómez. Esta antigua plaza, era conocida como plaza de Los Soportales, o Rinconada de Los soportales, hasta que se sustituyó a mediados del siglo XX por Plaza de Modesto Fraile Gómez.
Modesto Fraile, nacido en Vallelado, fue un industrial muy emprendedor, que desde muy joven tuvo que hacerse cargo de la labranza y los negocios de su padre, fallecido con tan solo 53 años. Se casa con María Cuéllar. Su familia vivió en esta casa donde se ha colocado la placa (antigua casa de Salustiano Cuéllar). Allí su mujer tiene tienda de ultramarinos y también vende bonitas telas que compraba su marido en Valladolid, en los numerosos viajes que hacía, ya que era una persona muy negociante.
Modesto, fue diputado en Segovia, y según cuenta el mismo, una de las primeras cosas que hizo en como diputado provincial, fue levantar en 1925 la torre de la iglesia que se había derrumbado hacía unos años, y que no se podía rehacer por falta de fondos. También fue alcalde de Cuéllar. Cuando cumple 53 años, la edad a la que murió su padre, todos los hermanos vinieron a c elebrar el cumpleaños a Vallelado, ofreciendo una misa por su difunto padre. Ese día repartió 200 panes entre los pobres.
En 1947 tuvo la ilusión de regalar un reloj de torre al pueblo que le vio nacer, El reloj se colocó en la torre de la iglesia, en la fachada norte, la mima torre que se había levantado por su intervención hacía unos años. Este mismo reloj es que ahora está colocado en la torre del Ayuntamiento de Vallelado.
Hemos querido honrar la memoria de este hombre trabajador y emprendedor, que salió adelante a base de tesón y mucho trabajo, por lo que tenemos que estarle muy agradecidos. Gracias Modesto.
Quiero agradecer personalmente a todas las personas que nos acompañaron, que fueron muchas, (unas 40, como podéis comprobar), el interés por conocer nuestra historia y la de sus calles. Y para los que por diversas razones no pudieron acudir, aquí está parte de los datos que hemos dado para aquellos que lo deseen.
Gracias también a Elena González, que nos ha mandado estas fotos para el recuerdo.
Os pongo fotos de las placas que se han colocado para los que no han tenido oportunidad de verlas.