viernes, 9 de febrero de 2024

LA MINGUELA: PESQUERA y PUENTE


    José María FRAILE CUÉLLAR


    Cantaba un catalán de nombre Juan Manuel (SERRAT), con hermosas palabras del poema de un andaluz llamado Antonio (MACHADO):  “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón”.

    Bien podemos aplicar esta metáfora a la contradictoria situación y postura de nuestros representantes públicos elegidos libremente (políticos) del comportamiento y resultado de Nuestro Querido Patrimonio (demolido y tantas veces olvidado) de LA MINGUELA en Vallelado, localizado en el Azud LA PESQUERA y en el Paso EL PUENTE ambos sobre el río Cega, en el que generaciones de valleladenses han (hemos) formado y conformado una parte sustancial de Nuestra Vida y Nuestra Historia, tanto desde aspectos lúdicos como profesionales y laborales.

    LA PESQUERA: En cumplimiento de una “recomendación europea” la Confederación Hidrográfica del Duero, y con el argumento de “ya se ha extinguido el permiso de concesión”, el pasado mes de enero de 2024 ha demolido, sin más, el Azud La Pesquera de La Minguela sobre el río Cega en Vallelado. Y así ha cumplido su misión burocrática al margen de aspectos Históricos Sociales Culturales Patrimoniales Reivindicativos. Un elemento de cientos de años que formaba parte de Nuestra Historia como Pueblo, como familias, como Patrimonio Hidráulico del entorno y de los pueblos de la zona. “Una de las dos Españas nos ha helado el corazón”. 

    EL PUENTE: Posiblemente fuera en el siglo XVII (sin poder confirmar por el que suscribe) cuando se construyera un Puente de arcos de piedra para poder salvar las aguas del río Cega en el paraje conocido como La Minguela. Y posiblemente fuera en los años 20 del siglo ya pasado (también sin confirmar por el que suscribe) cuando se demolieron (o no arreglaron) los arcos del Puente y se colocaron sendos perfiles ferroviarios metálicos aderezados con tablones, que durante décadas han permitido estar en servicio Nuestro Puente de La Minguela. Pero desde entonces (¿1920?) nuestros representantes públicos (políticos) NO han sido capaces de tener el mínimo de sensibilidad, y hoy las piedras de las pilas, los perfiles metálicos y los pocos tablones de madera languidecen sumidos en el olvido, en la desidia, en la rapiña. La otra “De las dos Españas también nos hiela el corazón”.

    PATRIMONIO DEMOLIDO: Los ejemplos citados no son casos aislados por mucho que nos afecte y nos duela a nosotros. En los últimos veinte años escudándose en argumentos simplistas y poco razonados desde el mínimo rigor Científico Técnico Histórico Social se ordenan y ejecutan demoliciones de Azudes sobre cauces en diversos lugares, cuando en la mayoría de los casos no existe lógica alguna, salvo circunstancias y excepciones muy localizadas. No se atienden los argumentos y las respetables reivindicaciones de la sociedad próxima afectada, que durante años, cientos de años, han podido contemplar disfrutar y tener “su” Azud (Nuestra Pesquera) como algo propio, y que más allá de hacer algún mal, ha sido en muchas ocasiones un elemento regulador de avenidas para no provocar riesgos o aminorar el discurrir de las aguas y tener consecuencias mayores por inundaciones. 

    Y no sólo Azudes, también Puentes Históricos han sido, y siguen siendo, fruto de la demolición por argumentos que nada tiene que ver con la defensa de Nuestro Patrimonio Pontonero, que por cierto, durante siglos en muchos casos, ha cumplido la noble misión de “comunicar a TODAS las personas”.

    Ya lo escribió Machado y nos lo cantó Serrat: “Una de las dos Españas ha de  helarte el corazón”.

    PATRIMONIO OLVIDADO: Claro que también en muchos casos otra parte de Nuestro Patrimonio queda sumido en el abandono y el olvido. El Puente de La Minguela, como otros muchos Puentes sobre cauces, nos ha servido durante siglos para salvar el obstáculo del Cega y comunicar sus márgenes, disfrutar de su entorno viendo discurrir el agua, protegernos bajo sus vanos del sol del verano o cobijarnos por alguna inesperada lluvia agosteña. Pero los años no perdonan y hoy lo vemos mayor y en plena decadencia con sus restos inclinados de pilas de piedra, sus largos perfiles metálicos descolocados, sus pocos tablones colgando. Tampoco nuestras administraciones son conscientes ni responsables de que el Puente de La Minguela, como otros muchos, ha cumplido durante cientos de años su misión desinteresada de comunicar a las personas por encima de las aguas. Y la recompensa es Olvido Abandono Desidia.

Son así los de “La otra España que también nos sigue helando el corazón”.