Vicente Álvarez Baeza
En el año 2010, el día después del lunes de patatas, traen unas máquinas al paraje de la Minguela, con el objeto de derribarla. Gracias a la oposición de bastante gente que se juntó allí, lograron pararlo. Ángel Fraile logra hacer una reunión en la que nos ponemos de acuerdo en hacer una asociación para poder mandar unas cartas a la Confederación Hidrográfica del Duero y parar la idea.
A mi particularmente me parecía un atropello. Era un paraje que frecuentábamos desde que éramos pequeños.
En Vallelado, no se construyó la piscina municipal hasta los años 80, y los veranos íbamos allí a bañarnos. En el tema agrícola, la pesquera siempre nos ha venido muy bien como retención y regulación del río, ya que desde ahí hasta el puente viejo, el río baja muy profundo. De hecho los pozos cercanos a la pesquera, siempre han sido los mejores y más seguros para el riego.
En un escrito de la confederación, nos dicen que paran la ejecución, pero tenemos que hacer un proyecto de arreglo. El presupuesto que nos dieron en varias empresas, rondaba los 300.000 euros. Algo inviable para una asociación. Teníamos que arreglar la pesquera y hacer una especie de escalera en uno de los márgenes para que subieran los peces, porque según ellos esa era una razón para derribarla. A mi siempre me impresionó el interés que tenían, desde un sillón de un despacho para la reproducción de las truchas. Posiblemente no sabrían ni donde estaba ubicada la Pesquera. Me habían contado los aficionados la pesca que donde hay un azud, el mismo tipo de peces hay arriba o debajo de él. Aquello entre los escritos de la asociación y del ayuntamiento, se logró parar y olvidar.
En el año 2013 una gran riada se llevó parte de la pesquera. Cuando pasa algo por causas naturales, tiene más lógica, que cuando lo intentan tirar por imposición. Bueno, pensé, y ya han resuelto el problema de la migración de los peces, se olvidarán de ello.
Hace poco me enteré de que habían tirado una presa en Nava de la Asunción. Y al final han venido a por la nuestra. Los políticos siempre acaban saliéndose con la suya.
