CUENTO QUE PARECE HISTORIA,
HISTORIA QUE PARECE CUENTO
(Autor: Ángel Fraile Muñoz. Año 1923)
Hace casi 100 años que fue escrito este poema por un tío abuelo mío. La expongo aquí, porque nos relata las peripecias de dos jóvenes que van desde Cuéllar, en moto, a los toros a Valladolid
A eso de las nueve y media,
Salieron de la muy noble y heroica villa de Cuéllar,
El niño de los “tambores” y la niña de las “coletas”;
Él, dirigiendo la moto, ella en el seicar.
Con grandes palpitaciones suben por la calle Nueva,
Donde todos los chiquillos llenos de entusiasmo esperan.
De ello está advertido el chofer, que con tranquila apariencia
Va despejando el camino a los toques de sirena.
Han dado vista al castillo;
En él la rancia nobleza
Dejó la huella indeleble
De su estirpe y su grandeza.
Pero ellos no paran mientes
En pretéritas proezas;
Más que un Saldaña en la historia,
Vale un lalanda en la arena.
Y siguen, y siguen salvando,
Raudos la distancia aquella,
Que les separa del coso
Donde ha de verse la brega.
Mas, ¡ oh, esperanza del hombre
Cual veleidosa te muestras!
En San Miguel un pinchazo
Hirió a la motocicleta.
Los viajeros, que hasta entonces
Demostraron complacencia
Tornáronse cojijundos
Ante la avería aquella,
Y hete al hermano “novicio”
Que , con singular paciencia,
Va deteniendo la fuga
Con parcheos y encomiendas.
Mientras tanto, y no fue poco,
Pues tardó el pollo hora y media,
La pobre Maru esperaba,
Junto al lumbral de una puerta.
Una vieja que observaba
Desde un ventano allí cerca, lamentábase irritada
De la”endemoniada ciencia”
Pues ella en sus mocedades
Con rumatismo en las piernas
En la trasera de un burro
Fue a los baños de Plasencia.
El historiador, no puede
Asegurar con certeza,
Si en Santiago o en Portillo
En Arrabal o en Aldea,
Se registró un nuevo caso de lesión o peripecia,
Que impidiera al motociclo
Seguir su veloz carrera;
Sólo puede, a grandes rasgos, explicar a ciencia cierta
como por el Campo Grande
A eso de las tres y media,
Haciendo alarde de cambios,
explosiones y “piruetas”,
pasó el “niño los tambores”
con “la niña las coletas”.
Lean la historia señores
De dos jóvenes de Cuéllar
Que ávidos de ver toros
Salen en motocicleta
En un día de septiembre,
A eso de las nueve y media,
Y a Valladolid llegaron
En punto, a las tres y media,