Ángel Fraile de Pablo
A propósito de la palabra "Recordatorio" el diccionario nos dice que es lo que sirve para recordar, y otra acepción más directa sobre el tema que nos ocupa: "Tarjeta o impreso breve en que con fines religiosos se recuerda la fecha de la primera comunión, votos, fallecimiento, etc, de una persona".
Existían este tipo de tarjetas, a propósito de los actos importantes en la vida de una persona, como podían ser, la confirmación que administraba el obispo, generalmente a los jóvenes. Cuando una persona era ordenado sacerdote. Los matrimonios que hacían las bodas de oro, plata, etc. Aniversario de la ordenación sacerdotal. La profesión religiosa de aquellas personas que entraban a formar parte de alguna comunidad, bien fuera de frailes o monjas... cuando los religiosos hacían sus votos, etc. Unos de los más conocidos para todos nosotros, que hasta hace unos años estaban en uso, eran los recordatorios de difuntos, que la familia mandaba imprimir para recuerdo del finado. Todos los recordatorios, tenían una función práctica para recordar una fecha especial, y como tal se guardaban. Los recordatorios de difunto, además tenían un fin muy loable, que era el de pedir por el finado, rezando una oración, que además solía llevar el propio recordatorio, acompañando a los datos de la persona y de la fecha del fallecimiento. En muchas casas, estos recordatorios estaban a la vista, sobre todo de aquellos de familiares más directos, para recordarles y pedir por su eterno descanso. Las prisas, y lo efímero de la sociedad actual, ha contribuido a que estas costumbres, que muchos consideran trasnochadas, se hayan ido perdiendo, así como la esencia misma de recordar. Ahora parece que lo que nos importa es el momento inmediato y recordar solo los buenos momentos, pasando al cajón del subconsciente todo aquello que no ha sido positivo, aunque haya formado parte de nuestra vida y nos haya hecho madurar como personas.
Estos recordatorios estaban formados por bonitas estampas religiosas en su anverso y en el reverso los datos de la persona o del acto que se quería recordar, así como la fecha del mismo. Además iba acompañado de una sencilla oración. Otras veces, sobre todo en la recordatorios de difuntos, el impreso esta formado por dos hojas dobladas por la mitad a manera de librillo. En las portada del anverso y del reverso se acompañan de laminas referentes a la pasión de Cristo o similares y dentro los datos del difunto, familiares, la fecha del deceso, lugar, y a veces una foto del mismo, además de una oración o jaculatorias para rezar y pedir por el eterno descanso del mismo. Los tiempos han cambiado, seguramente en muchos aspectos a mejor, pero en este cambio, siempre perdemos parte de nuestras tradiciones y de nuestros recuerdos, que son parte de nuestra vida.