El día uno de noviembre, festividad de Todos los Santos, los cementerios y camposantos se llenan de personas que acuden a visitar a los familiares fallecidos, para recordar y rezar por el eterno descanso, según la costumbre cristiana. Las tumbas se llenan de ramos y centros florales, como muestra del cariño, el agradecimiento, y el respeto que nos merecen cada uno de ellos.
En el cementerio de Vallelado, cementerio municipal que se inauguró en el año 1930, reposan los vecinos fallecidos y otros familiares, que habiendo fallecido fuera, bien la familia o el propio finado han querido descansar cerca de sus raíces.
Este año, que ha coincidido con un fin de semana largo, han acudido personas de muchos puntos de España que tienen algún familiar dentro de este camposanto. Como ya es costumbre, y si el tiempo lo permite, este año, con una temperatura primaveral, se celebra por la tarde un responso general en el propio cementerio, por todos los que allí reposan.
El oficio ha estado presidido por el sacerdote, actual titular Don Ramanus que ha rezado y pedido por el eterno descanso de todos los que allí reposan. A continuación, D. Romanus ha recorrido el cementerio rociando con agua bendita las tumbas.