José Luis González Lagunar
El Sanador herido: ayudante con problemas, frágil. En el pasado o en el presente. Ayudante vulnerado y vulnerable. ¿Qué hacemos con nuestra propia sombra? Una pregunta saludable para los profesionales de relaciones de ayuda es, efectivamente: ¿cuál es mi herida que subyace al deseo de ayudar a los demás?, ¿qué heridas mías se despiertan cuando entablo relaciones de ayuda con otros? La imagen del sanador herido (que cada vez se emplea más en la literatura médica, psicológica y espiritual) sirve para poner en evidencia el proceso interior al que son llamados todos cuantos prestan ayuda a quien atraviesa un momento difícil en la vida, marcado por el sufrimiento físico, psíquico o espiritual. Significa, pues, el reconocimiento, la aceptación y la integración de las propias heridas, de la propia vulnerabilidad y condición de finitud. El poder humanizador de esta imagen radica en el hecho de que constituye un ejercicio de humildad y de aprendizaje, que los profesionales del cuidado pueden realizar a partir del reconocimiento de la propia humanidad, hecha no solo de recursos –conocimientos, habilidades, destrezas, roles…– sino también de fragilidades de toda índole que, bien utilizadas, pueden precisamente transformar a los profesionales en mejores personas. No podemos dejar de escuchar al paciente, desde su camilla, su historia, sus angustias y sus miedos. Incluso cuando no es posible curar, siempre es posible cuidar, siempre es posible consolar, siempre es posible hacer sentir nuestra cercanía”. “El mayor dolor –puntualizan- es el sufrimiento moral ante la falta de esperanza”. Pero también es una gracia de Dios, poder constatar y encontrar hoy pacientes que desde su camilla nos evangelizan, con sus actitudes, su fe y el afrontamiento de su propio sufrimiento, como abono redentor para la humanidad. Y como no recordar aquellos años pasados cuando tuve la suerte como monaguillo de acompañar a tantos enfermos de Vallelado durante ocho años y cuanto aprendí de ellos y me enseñaron, con su simple actitud. Que hoy recuerdo muy agradecido con nuestras oraciones.
Saludos, Salud para todos y una muy Feliz Pascua del enfermo, desde Tres Cantos Madrid.