ÁngelFraile
Con muy buen tiempo han trascurrido los dos encierros por el campo en las fiestas de Vallelado. El sábado día 14, se soltaron dos novillos desde la zona habilitada hace unos años en el barco de "Valdemonasterio". Los dos novillos salieron en estampida sin hacer mucho caso a los bueyes. Ninguno de los dos entró en el recorrido urbano, por lo que poco pudimos disfrutar todos los que queríamos ver un encierro normal.
El domingo 15, a las 10 de la mañana, con gran puntualidad y ante un grupo muy numerosos caballistas, se abrió el improvisado toril. Los cuatro novillos negros salieron a toda velocidad, y los bueyes por detrás sin llegar a acercarse a los toros. Por fin lograron detenerlos al llegar a los cuatro caminos y allí permanecieron descansando con los mansos durante un buen rato.
Se ponen de nuevo en camino, para dirigirse campo a través por los rastrojos en dirección al embudo. Los caballistas aprietan a la manada poco antes de llegar a la entrada, pero un novillo se da media vuelta y comienza a desandar el camino recorrido, embistiendo a caballos y a todo lo que se le ponía por delante. En su afán de hacer que el novillo se diera la vuelta, uno de los caballista, ante la fuerte arrancada del astado le pilla desprevenido y el jinete cae al suelo, vistiéndole el toro de inmediato, y siendo los intentos de los caballos inútiles para apartar al novillo. Todos los que desde lo alto estábamos divisando la escena, nos pusimos muy nerviosos, hasta que lograron acercarse algunos vehículos todo-terreno pudiendo quitar al jinete de la cara del toro. Al parecer todo ha quedado en un buen susto. El protagonista de esta escena es natural de Iscar.
Otro percance es el que ha sufrido Raúl Muñoz, (el chañero),que en el embudo como consecuencia de otra embestida ha caído junto con su caballo. Gracias a Dios tampoco ha tenido consecuencias importantes este pequeño accidente ya que hemos visto a Raúl después por Vallelado, habiendo quedado todo en alguna que otra molestia para recordar unos días.
El tiempo ha sido primaveral y todos hemos disfrutado, sobre todo en este segundo encierro, donde el novillo que hemos citado ha estado durante bastante tiempo jugando y embistiendo a los caballistas que se acercaban. Ya cansado ha sido anestesiado y atado para poder ser trasladado hasta la plaza.