viernes, 5 de diciembre de 2025

NUESTRO PUENTE MINGUELA CEGA VALLELADO

 Antaño, Pasado, Presente, Futuro NUESTRO PUENTE MINGUELA CEGA VALLELADO

Desde Salamanca, Feliz 2026 para todos. Viernes 5 de diciembre de 2025 José María FRAILE CUÉLLAR

    ANTAÑO

    No es tarea fácil dar la fecha de Puentes Antiguos, entendiendo por “antiguos” los anteriores al año 1900. Mayormente porque:

- Han pasado muchos años o incluso siglos,

- Posiblemente se hayan realizado varias actuaciones que lo desfiguran,

- No existen unos criterios homologados para acotar la fecha de Puentes Antiguos, y

- Una serie de circunstancias no menores.

    Pero Nuestro Puente Minguela a juzgar por los restos (estribos y pilas de sillería) y las dimensiones (dos vanos de 10 metros de luz, un vano de 6 metros de luz y un vano de 3 metros de luz), así como la altura del camino que llega al Puente cruzando el caz, y la altura de la zona de salida al lado del edificio del Merendero, podría tratarse de una estructura de época medieval, finales del siglo XIV, en su día “antaño” formada por dos arcos iguales (margen izquierda) de 10 metros de luz cada uno, más otros dos arcos (arquillos de aliviadero o aligeramiento) de 6 y 3 metros de luz respectivamente en la margen derecha. Yo NO lo aseguro, pero entraría dentro de lo posible que esta fuera la forma “antaño” de Nuestro Puente Minguela sobre el río Cega en Vallelado.

    Además la cota de los terrenos en los accesos laterales al Puente en ambas márgenes del Cega está en aproximadamente 780 metros, y la cota del tablero actual es de 775 metros, es decir el tablero actual está 5 metros más bajo que los terrenos de los accesos laterales, lo que pudiera ser la altura (5 metros) de los arcos de la margen izquierda.

    En definitiva “parece” que Nuestro Puente “pudiera” tener un antaño de 2 arcos y 1+1 arquillos de piedra. También el ancho de la calzada, que es de dos metros es muy común en Puentes Antiguos Medievales. Yo NO aseguro nada de lo dicho, pero “pudiera ser”.

    PASADO

El pasado más reciente (desde aproximadamente el año 1900) corresponde a lo que han conocido las últimas generaciones de persona de Vallelado y su entorno: Dos+Uno+Uno vanos (cuatro en total), con unas pilas de piedra que soportaban un tablero de madera apoyado en sendos raíles metálicos. Esta era la imagen, y no otra, que nuestros antepasados más recientes y nosotros hemos conocido, y la que nos es familiar y querida. Lo cual no quiere decir que siempre haya sido así.

    Y este ha sido el estado de Nuestro Puente Minguela Cega Vallelado (NPMCV) hasta que en los ya pasados años 1980 se construye la Piscina Municipal en Vallelado, y el Puente y su entorno dejan de ser el lugar habitual frecuentado de forma ordinaria por las generaciones de nuestros Abuelos Padres y Nosotros los que hoy tenemos una cierta edad. Ya las nuevas generaciones no se bañan en el Cega. No van a La Minguela. No ven el Puente.

    Y aquí comienza el principio del abandono y del olvido. Pero somos muchos todavía los que mantenemos la Memoria Recuerdo Momentos de Nuestro Puente de La Minguela sobre el Río Cega en Vallelado, donde nos hemos bañado, hemos merendado, hemos disfrutado, … Allí se ha deslizado una parte sustancial de la Juventud de Nuestra Vida entre tablas raíles piedras agua.

    Claro que en el período 1985-1995 desde el Ayuntamiento de Vallelado dos de las Corporaciones Municipales SÍ pusieron un cierto interés en realizar Trabajos de Actuaciones vinculados a “mejorar” o al menos “aminorar” el ya entonces estado lamentable del Puente. Pero la burocracia, las prioridades y otros aspectos contribuyeron a que las intenciones no pasaren del papel (proyectos) a la realidad (obra). Las posteriores Corporaciones Municipales desde 1995 hasta la actualidad 2025 (30 años) no han mostrado voluntad ni intenciones. Una pena.

  

  Los dos vanos de 10 metros de luz vistos desde aguas abajo y margen derecha (1983)



  Vista frontal desde aguas abajo (1983)

    PRESENTE

    Desde hace varias décadas el deterioro de Nuestro Puente no ha dejado de aumentar. Se han caído sillares pequeños de sus elementos formales (las pilas y los estribos). Las tablas que formaban el paso de la calzada han ido desapareciendo. Los raíles metálicos se tambalean. La pila 1 entre los dos vanos de 10 metros de luz está desplomada, curiosamente a contracorriente posiblemente por un problema de cimentación. La vegetación se adueña del entorno del Puente tanto aguas arriba como aguas abajo. Una visión patética al menos para los que hemos conocido su esplendor como elemento integrador del paisaje en una zona de ocio y recreo.

    El Puente de La Minguela sobre el río Cega casi con seguridad será el elemento de Nuestro Patrimonio Local construido más antiguo del municipio, y su actual estado es de Abandono Desidia Olvido …

    Sinceramente, desde mi opinión que no es la única, Nuestro Puente Antiguo de La Minguela NO se merece este desprecio. Por muchos motivos que se salen fuera del contexto del presente escrito.


  Estado actual (2025) de la pila 1

    FUTURO

    Afortunadamente desde hace unos meses “parece” que gracias a las opiniones de algunas personas que se han manifestado en este soporte (gracias Ángel) se ha abierto el “melón del debate” sobre el asunto. Lo cual podría suponer, y espero que así sea, un futuro de esperanza cargado de ilusiones y su pronta rehabilitación, mayormente para el disfrute de las generaciones venideras y el respeto y reconocimiento a los antepasados Constructores del Puente.

    Claro que para que estas buenas intenciones y deseos se conviertan en realidad, es necesario que la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Vallelado sea consciente de ello en dos aspectos esenciales: Habilite recursos económicos y tenga voluntad. Los recursos económicos necesarios se pueden conseguir con un planteamiento adecuado de alternativas atractivas de actuaciones para El Puente y su Entorno gestionado en las diferentes Administraciones Españolas de Ámbito Provincial y/o Regional. La voluntad se tiene o no se tiene. No digo más.




martes, 2 de diciembre de 2025

UN DÍA EN UN PUEBLO ESPAÑOL DE LOS AÑOS 50, QUE PODRÍA SER VALLELADO

 UN DÍA EN UN PUEBLO ESPAÑOL DE LOS AÑOS 50

-PODRÍA SER VALLELADO-


    Pablo Ortega

    Si que es cierto. Cada tiempo,no tiene porque ser ni mejor ni peor.       Quizás solo nos quede la nostalgia para nosotros de aquel tiempo pasado. En mí memoria, no está la vieja iglesia derrumbada para hacer una nueva, pero si están el pilón donde apaciguaban su sed machos, yeguas, ovejas, cabras, cabrí….etc., también en mi memoria están los lavaderos, al lado de la arroyo con su puente de madera, por el cual cruzábamos a pie al otro lado, donde poco más abajo se encontraba el matadero y un puente más grande por el cual cruzaban también vehículos, quizás lo último que recuerde, que ya no está entre nosotros, es la ermita. Pero si hay algo en mi memoria, que aún resiste a los tiempos aunque bastante deteriorado, que es el puente de la Minguela.      Hay dos FRAILES, (sin sotana): José María y Angel, su ideal es poder subsanar su deterioro, yo creo que en lo cierto están y mi apoyo incondicional ya lo tienen. ¿ y el vuestro? Sabemos que hay muchos más. Pues luchemos por ello y manifestando nuestro  apoyo. Que se note que somos un pueblo unido y con ganas de defender lo nuestro. Nos tiraron la Pesquera, sin siquiera que les importaramos nada. ¿Que queremos? Que se caiga el puente y luego lamentarnos. Tarde será ya.

viernes, 28 de noviembre de 2025

“LAS HERRADURAS DEL PERRO DEL ESQUILADOR”

        Seguro que a más de uno cuando  lean este sencillo artículo, les vendrá a la memoria aquellos felices años cuando éramos jóvenes o niños. 

        Ángel Fraile

    Todos hemos escuchado más de una vez, que somos dos veces niños: Una cuando nacemos, y hasta una edad, y otra cuando nos hacemos mayores. De todas maneras, creo que no deberíamos molestarnos por ello. Los niños son inocentes y no tienen maldad, por lo que no debería ser nada negativo el llegar a mayores. 

    Cuando ya tenemos unos años, nos gusta recordar con cierta facilidad, muchos momentos de cuando éramos niños, y estábamos al cuidado de nuestros padres. ¿Quién no tiene decenas de recuerdos de aquellos años?. Muchas de estas vivencias son agradables, las demás no debemos de recordarlas de forma frecuente. Dicen que nuestro cerebro es muy sabio y las experiencias negativas tiende a olvidarlas, o almacenarlas en un plano más profundo donde nos sea más difícil de acceder a ellas. 


    Recuerdo que yo tenía unos 5-6 años, y vivíamos en la calle de la Fragua, junto a las Cuatro Calles. Los domingos por la tarde íbamos toda la familia a visitar a mis abuelos, Ignacio e Inés, que vivían en la Carretera Abajo. En el camino nos encontrábamos con muchas personas, y mi padre se paraba a charlar con algunos o a saludarles. Siempre pasábamos por la calle del Almendrino. En esta calle vivía Félix Velázquez, el esquilador, junto con su mujer Eugenia. El Sr. Félix tenía muy buen humor y siempre que veía algún niño trataba de decirle algo agradable, o gastarle alguna broma. Más de una vez cuando nos encontrábamos junto a su puerta, se dirigía a nosotros los más pequeños, y nos decía: ¿Quién de vosotros ha quitado las herraduras a mi perro? Nosotros, ante la amenazadora pregunta, nos quedábamos sorprendidos, inmóviles y asustados, y medio llorando decíamos: “Yo no he sido, … yo no he sido”. Mi padre Benito y mi madre María, se reían, sin que nosotros prestásemos atención, y cuando estábamos asustados y llorando nos decía: “Anda tonto, no llores que los perros no llevan herraduras”. Después del susto seguíamos nuestro camino y llegábamos a casa de mis abuelos, donde nos entreteniamos un buen rato, sobre todo en el invierno, cuando enseguida anochecía y hacía frio en la calle. Mi abuelo Ignacio, nos contaba chascarrillos, acertijos, refranes, y a nosotros nos encantaba. Así íbamos aprendiendo, cuando la televisión era un raro objeto, que formaba parte de pocas casas.  Además, ésta solo emitía unas pocas horas al día. Mientras tanto solo se podía ver la “Carta de ajuste.”

    A los abuelos se les tenía un gran cariño, e íbamos muchas veces a visitarlos, sobre todo los domingos y días festivos. Alguna de estas visitas, quizás fueran un poco interesadas, por si caía algo, aunque solo fuera un cacho de pan y una pastilla de chocolate, de aquello de hacer, de la conocida marca segoviana “Herranz” o marca “La Llave”. Poníamos la pastilla de chocolate en un papel grueso de aquellos que usaban en la carnicería, encima de la placa de la cocinilla de leña, hasta que empezada a deshacerse con el calor; luego lo untábamos fácilmente en el pan, y a disfrutar de la merienda. 

    Los domingos, al salir de misa, salíamos corriendo para ir cada uno a casa de los abuelos, a pedir la propina. Íbamos deprisa y nada más entrar en casa, casi sin dar los buenos días, decíamos. ¡Abuela, la propina!, y mi abuela Inés cogía el bolsillo de las monedas, y me daba dos reales, o como mucho una peseta. Al instante salíamos de casa, más contentos que unas pascuas, y directamente, y corriendo, como suelen ir los niños, a casa del tío Amando, que vivía al lado de la iglesia, a por una oblea, o alguna golosina, pocas, porque no había. Si era verano, comprábamos un helado de cucurucho, y que rico nos sabía. Los helados eran, “artesanos”. El Sr amando les hacía el mismo, al igual que las obleas.  De paso si nos encontramos o veíamos a algún tío nuestro, generalmente los solteros, nos daban también propina. No hacía falta que pidiésemos nada, pues cuando nos acercábamos, ya sabían que tenían que sacudirse el bolso. Un domingo redondo con doble propina. Recuerdo también, que en casa de la tía Antonia, la de Serapio, en la misma plaza, vendían galletas y comestibles, y algún refresco, pues además tenían bar. En las fiestas de Pascua, cuando íbamos a rodar el huevo a las eras, llevábamos: el huevo, la rosquilla de palo y el bollo de azúcar, y parábamos donde la tía Antonia y nos compramos una gaseosa, “Acebes”, que era la marca de Coca. Era una pequeña botella de cristal que nos tomábamos para que pasase más fácilmente la rosquilla de palo y la yema del huevo, que a veces se nos hacía bola en la boca. La gaseosa no estaba fresca, porque entonces no había frigoríficos, pero no nos importaba; las burbujas del gas en la boca eran suficientes para que disfrutásemos de esta bebida. No necesitábamos demasiadas cosas para pasar una tarde agradable. Valorábamos lo poco que teníamos y disfrutábamos con nuestros amigos en la calle. Que más se puede pedir. 

    Espero que los que pacientemente habéis leído este relato, os haya venido a la mente alguno de estos bonitos recuerdos. Con eso me doy por satisfecho.

 


domingo, 23 de noviembre de 2025

BONITOS COLORES OTOÑALES JUNTO AL CEGA

           Ángel

    Estamos en pleno otoño, y ya va viniendo el frío. ¡Que vamos a esperar! Sin embargo es una bonita época para disfrutar del pinar y del entorno del río Cega, que tan cerca nos queda. Esto si que es un lujo, y de ello tenemos que alegrarnos, así como cuidarlo.

    Hace unos días por allí estuve de paseo y disfrutando de esos colores, y del entorno del río en la margen izquierda, en la zona del Pinar de Óvilo, un poco más arriba de La Pesquera. 

    Aquí os dejo una imágenes para que disfruteis todos, y especialmente los que no podeis acercaros,  por estar viviendo fuera.

















viernes, 21 de noviembre de 2025

YA LLEGA EL INVIERNO

    

    Aunque todavía queda casi un mes para que entre el invierno, ya empezamos a tener temperaturas, típicas de esa estación. Hoy, 21 de noviembre hemos registrado en Vallelado, en mi estación meteorológica, situada en pleno casco urbano, una temperatura mínima de -2.8 grados, a las 8.15 horas. Ahora ya luce el sol y el cielo despejado, con casi un grado sobre cero, cuando van a ser las 10 de la mañana. Podeis visitar la estación en esta misma página, para estar informados de la temperatura y muchos datos más. 

    Estos días fríos con heladas, eran los  más adecuados para hacer la matanza para todo el año, aunque ahora esta es una costumbre rara, en cuanto a frecuencia.

    Esta misma estación, a poco de ser instalada, en el mes de marzo de este mismo año 2025, se registraron -3.4 grados, concretamente el 15 de marzo. 

lunes, 17 de noviembre de 2025

VISITA PASTORAL A VALLELADO DEL OBISPO DE SEGOVIA

VISITA PASTORAL A VALLELADO DE D. JESÚS VIDAL, OBISPO DE SEGOVIA

Ángel

    Hoy domingo 16 de noviembre de 2025, el obispo de Segovia ha estado en Vallelado en visita Pastoral. D. Luis Vidal, es obispo de Segovia desde principios del año 2025, cuando tomó posesión de la diócesis. A las 12 de la mañana ha oficiado la misa, junto con D. José, sacerdote de Sanchonuño. Antes de oficiar la misa Rosa ha leído unas palabras de bienvenida en nombre de toda la parroquia. En la homilía, D. Jesús ha agredido las palabras y el recibimiento. Ha hablado de la dificultad que tiene esta provincia para nombrar sacerdotes en las distintas parroquias, porque no hay; según sus palabras, en los próximos 10 años la cosa parece que no solo mejorará, sino que puede reducirse a la mitad, el número de párrocos. Segovia tiene más de 300 parroquias, y es muy difícil atender a todas ellas de forma regular, como quisiésemos. 

    Después de la misa el, ayuntamiento había preparado en el Centro Social “La Cilla”, un refresco para saludar y charlar de forma personal con D. Jesús, nuestro obispo. Bollos para todos y limonada, como requería la ocasión. 

    Nuestros mejores deseos, desde esta página, agradeciendo su visita y deseando que la misión pastoral de D. Jesús sea fructífera. 

    Para que quede constancia de esta importante visita, o dejo estas fotos para la historia.

















sábado, 15 de noviembre de 2025

UNA AVENTURA CON FINAL FELIZ

TODA UNA UNA AVENTURA, CON FINAL FELIZ

    Ángel Fraile

    De la historia que voy a contar, no recuerdo muy bien la fecha exacta, pues yo era muy joven, casi un niño. Creo que era verano. Sería en la primera mitad de los años 60 del pasado siglo XX.  En aquellos años, los coches eran muy escasos, y en Vallelado se contaban con los dedos de una mano. Pocas familias disponían del utilitario, como entonces se llamaban. En Vallelado, como en todos los pueblos había pequeñas tiendas, entonces conocidas como de “Ultramarinos” donde disponían de lo más básico para comer o incluso para vestirse. El pan, un alimento importante se elaboraba regularmente en el horno de cada casa. Cuando era necesario comprar otras cosas, como aperos y enseres para la agricultura, utensilios para la casa, teníamos que ir a la cabecera comarcal, y subir a Cuéllar, que ya era un pueblo ya grande. Allí había comercios que vendían casi de todo lo que entonces necesitábamos. 

    Salimos temprano por la mañana desde Vallelado, Benito, nuestro padre, mi hermano Agustín y yo mismo, Ángel. El vehículo que nos trasladó, el carro tirado por dos jóvenes machos, tan habituales en esos años. Ya existía entonces el coche de línea de la empresa Galo, pero con el carro era más fácil transportar lo que comprásemos, aparte de que el coche de línea salía una vez al día y volvía por la tarde. En la carretera prácticamente no nos encontramos con ningún vehículo a motor. La distancia es de unos 9 km hasta la villa, por lo que tardamos casi dos horas en llegar. Tampoco entonces había, ni estrés ni prisa, las cosas trascurrían con calma. Después de llegar a Cuéllar, lo primero que se divisa es su castillo, que te recibe y te da idea de la importancia que tuvo esta villa durante muchos siglos. Bajamos por la calle Nueva salvando el desnivel que hay para llegar a la zona de los Paseos de San Francisco, junto a la iglesia y convento del mismo nombre, entonces ya en ruinas. Allí paramos el carro, pues era una zona amplia. Benito se fue a comprar lo que necesitaba: unos ventriles, cabezadas y ramales para la labranza. Mi hermano y yo nos quedamos al cuidado del carro y de los animales.

    Éramos unos niños. Agustín tendría unos 12 años y yo no llegaba a los 7 u 8. La responsabilidad de dejarnos al cuidado del carro y los machos, para que no se pusieran a andar sin control, hizo que el tiempo que estuvo mi padre comprando se nos hiciera eterno. En la conocida calle Carchena, que sube en dirección a la plaza Mayor, había una ferretería de las de toda la vida, que vendían además todo tipo de artículos necesarios para la labranza. La ferretería no recuerdo el nombre oficial, pero todos la conocían como la ferretería de “La Viuda de Inocencio”.  Hecho el encargo, ya a media tarde, emprendimos el viaje de regreso al pueblo. Desde los paseos de S. Francisco, enfilamos la subida de la calle Nueva, otra vez, hasta llegar a coger la carreta que conducía a Valladolid y luego desvirarnos hacia la que se llamaba Riaza -Toro, que conducía a Vallelado. Nada más salir de Cuéllar, ya vimos que se levantaban unas nubes negras con muy mala pinta, por lo que avanzamos tan rápidamente. Mi padre, viendo el panorama tan delicado, arreó los machos para ir más deprisa, porque nos temíamos lo peor.  En un instante empezaron a sentirse los truenos de lejos, precedidos de grandes relámpagos. El cielo se oscureció en un instante y los truenos y relámpagos cada vez más insistentes y fuertes, tanto que daban verdadero pánico.  Los machos, como animales que son, y nosotros mismos, empezamos a ponernos nerviosos y a asustarnos con la gran tormenta. Antes de llegar a Torregutiérrez, el cielo se oscureció de tal forma, que casi se hizo de noche. Empezó a caer un gran aguacero antes de entrar al pueblo, que nos tuvimos que tapar con las mantas que llevábamos para no mojarnos. Imponía de verdad aquella fuerte tormenta. Con buen criterio, mi padre decidió meterse en Torregutiérrez hasta que amainase para poder seguir. Pero la tormenta no paraba, duró mucho tiempo y ya prácticamente no se veía, por lo que fuimos a casa de una familia que conocíamos, que eran los padres de Santas Cerezo. El padre se llamaba Aurelio. Estas tormentas en aquellos años, recuerdo que se daban de vez en cuando en verano. Desde entonces yo no he vuelto a ver algo parecido.

    Allí nos recibió Aurelio amablemente y pudimos refugiarnos en su casa, metiendo el carro con los machos en la sopuerta.

    Nuestra mayor preocupación, una vez refugiados, era que mi madre, María, que se había quedado en Vallelado, y se preocuparía cuando viera que no llegábamos. Aclaro, que por entonces no había teléfono en las casas, por lo que no podíamos comunicarnos de ninguna manera. Ni siquiera había teléfono público en Torregutiérrez en aquellos años, para haber llamado a la centralita de Vallelado. 

    Todo esto también lo pensaba Benito, por lo que decidió salir a la carretera en una noche que decían de “Boca de lobo”, para ver si pasaba algún vehículo, y que al menos nos bajase a Agustín y a mí al pueblo, y que así se quedase mi madre tranquila. Como digo, la noche era muy oscura, pero la suerte estuvo de nuestro lado pues al poco de estar en la carretera, vimos las luces a lo lejos, de un vehículo que venía desde Cuéllar. Mi padre le hizo señas para que se detuviese. Era un pequeño camión el que paró. Le explicó al conductor lo que pasaba, y amablemente subimos a la cabina mi hermano y yo. Tengo que decir, que como niños que éramos, estábamos un poco asustados ante una persona que no conocíamos. El conductor del camión resultó ser Pedro Sanz, un vecino de San Cristóbal muy conocido, que se dedicaba al trasporte de abono con su camión. Mi padre, pensaba que nos bajaría hasta Vallelado, distante de San Cristóbal tan solo un kilómetro y medio, pero no fue así y nos paró en San Cristóbal, donde Pedro sabía que teníamos a nuestro tíos, Filomena y Dionisio. Filomena era hermana de nuestra madre María. Paramos en la plaza y nos fuimos hasta la casa de los tíos, frente a la iglesia. Ya entonces había parado de llover. Se quedaron sorprendidos nuestros tíos al vernos llegar, y ya les explicamos lo que pasaba. Recuerdo que Agustín quería bajar andando a Vallelado, pero mi tía nos dijo que no, que nos quedásemos a dormir allí, porque la noche amenazaba tormenta y estaba muy oscura, por lo que era difícil transitar por un camino, y que ya por la mañana nos bajásemos a Vallelado.

Tractor de Mariano Baeza. Uno de los primeros que llegó a Vallelado

Casa de de la familia de Aurelio donde nos refugiamos

    Mientras tanto, nuestra madre todo preocupada de que no llegásemos. Todos los vecinos pendientes de nosotros tres. Vivían enfrente de nuestra casa, en la Calle de la Fragua, unos vecinos con los que teníamos una buena relación. Eran cuatro hermanos Mariano, Melchor, Félix, y Doroteo, que vivían junto con su madre Valeriana, que estaba viuda. Teníamos mucha amistad y ellos pasaban muchos ratos con nosotros, sobre todo en invierno, en nuestra cocina. Allí al calor de la lumbre. Mi madre le contó lo que pasaba a Mariano, que tenía uno de los pocos tractores que había entonces, un Man de color verde, de los primeros que llegaron a Vallelado. Sin pensarlo mucho le dijo a mi madre que iría a ver si nos había pasado algo. Llegó hasta Cuéllar por la carretera, despacio para ver si veía algún indicio de que nos hubiera pasado algo en el camino. A la vuelta por la cuneta contraria fue observando y regreso de nuevo al pueblo. En aquellos años estos tractores eran lentos por lo que el tiempo se le hizo largo a nuestra madre, que paciente esperaba en el portal de casa, sentada en un banco y acompañada por una vecina. Después de volver Mariano, y sin encontrar nada, ni a nadie en la carretera, se quedó un poco más tranquila y pensando que estaríamos refugiados en alguna casa, bien en Cuéllar o en otro lugar.

    Podemos imaginamos como pasaría la noche, y lo larga que se le haría hasta el amanecer. Mi padre, también pasó la noche muy preocupado por no poder dar noticias de donde nos encontrábamos. Una vez que amaneció, Benito se puso en camino con el carro desde Torregutiérrez, llegando a Vallelado por la mañana temprano. Nada más llegar mi padre a casa lo primero que preguntó a mi madre fue: ¿los chicos? Mi madre sorprendida dijo: Eso digo yo, ¿dónde están los chicos? Enseguida se dio cuenta, contestando: Estarán en San Cristóbal, en casa de Dionisio y Filomena, relatando a continuación a mi madre lo que había sucedido. Ya ambos se quedaron tranquilos y al poco tiempo llegamos Agustín y yo a casa. Habíamos ido andando desde San Cristóbal, donde la distancia es de poco más de 1 km. 

    Toda esta aventura, felizmente quedó en un gran susto, sobre todo para María, nuestra madre, y que gracias a Dios no tuvo más trascendencia, sino las horas de incertidumbre para ella. Hoy, visto el tema desde la distancia, no puedo más que dar gracias porque todo quedase en una anécdota, que podemos contar a nuestros hijos. 


jueves, 13 de noviembre de 2025

DESPUÉS DE BEBER...CURIOSIDADES ALEMANAS

 DESPUES DE BEBER, LA FISIOLOGÍA MANDA

Ángel

    Viajar es un bonito ejercicio para aprender y disfrutar. Cuando vamos a otros países o a comunidades con otras costumbres, y otra forma de vivir, también estamos aprendiendo a valorar la diversidad, y muchas veces a dar más importancia de lo que tenemos en nuestro país o nuestro entorno más cercano. Tenemos que manifestar ese punto de amor propio por lo nuestro, que frecuentemente nos falta.

    En Alemania, todos hemos oído decir que se bebe mucha cerveza, y que hay cantidad de marcas y variedades. Beben cerveza, porque forma parte de su cultura, y es una costumbre que tienen interiorizada, y de ello además presumen. 

    En un reciente viaje a ese país, me encontré con esta simpática imagen en una de esas cervecerías, que hay en las grandes ciudades; en este caso fue en  la capital de la región de Baviera, en Múnich, en la cervecería más famosa de esa ciudad. Por allí pasan diariamente miles de personas a tomar una jarra de cerveza, generalmente de 500 ml, o incluso mayor.  Una de las mayores atracciones de Munich para propios y turistas. Seguramente Lucía Baeza lo conozca bien, ya que vive al lado de la ciudad donde pasa los inviernos con su familia.

    Os expongo esta simpática la imagen que quiero compartir con los que visitáis este blog. La cerveza es una bebida muy diurética y después de beber, lógicamente hay que desbeber.


Curioso servicio en la cervecería

La cervecería más famosa de Múnich

Músicos animando y soplando aire y cerveza, como no 







lunes, 10 de noviembre de 2025

PROPUESTA DE MANIFIESTO PARA LA RESTAURACIÓN DEL PUENTE DE MINGUELA

 

EN DEFENSA DE NUESTRO PUENTE MINGUELA CEGA VALLELADO. NPMCV

        Ángel

    Desde hace unos días que propusimos, de manera pública todo nuestro apoyo, a la iniciativa para restaurar el deteriorado puente de Minguela, sobre el río Cega, en Vallelado, han sido muchas las personas que verbalmente han mostrado su interés para lograr un día llevar a cabo la puesta en marcha y restauración de la Pasarela del Puente viejo. Sería un gran logro y pondríamos en valor toda la zona del Puente Viejo, para el disfrute de todos.  Ya que no hemos podido evitar que derribasen nuestra pesquera, hay que luchar para conservar la reliquia que nos queda en el paraje del Puente Viejo y La Minguela. 

    Por supuesto que queremos contar con el apoyo de nuestro ayuntamiento, y así se lo hemos manifestado de forma verbal a Ángel, nuestro alcalde. 

    Hemos sido unos pocos los pioneros en este apoyo y esperamos muchos más. Uno de ellos, José Mari Fraile Cuéllar, que de puentes creo yo que entiende un poco. Nos proponemos, el poder llegar a111 personas con este apoyo a tan bonita y útil iniciativa. Espero que esta cifra se quede corta y que seamos incluso más. Pues si es así, mucho mejor, y miel sobre hojuelas. Si llegamos a 111 o más haremos MANIFIESTO EN DEFENSA DE NUESTRO PUENTE VIEJO,  NPMCV. De momento contamos con:

- Pablo 

- Ángel 

- JM Catalina 

- Gerardo 

- José Mari (Serapio)

-Mª Luz Muñoz

-Pilar Carmona 

    Iremos añadiendo la lista, con los nombres de todos los que deseeis que este sueño se cumpla algún día.

    Animamos a todos los que quieran unirse con su nombre a la iniciativa. Contactar con alguno de nosotros para hacer grande esta lista o al correo afvallelado@gmail.com





HA FALLECIDO EN VALLELADO LOURDES CUÉLLAR

    El pasado viernes, 7 de noviembre de 2025, fallecía en Vallelado, a los 90 años de edad, LOURDES CUÉLLAR, (Viuda de FERNANDO HERRERA). Sentinos dar la noticia con retraso, pero no hemos tenido conocimiento de ello hasta hoy. El funeral se ha celebrado en la iglesia de Vallelado, el pasado sábado 8 de noviembre. 

    Nuestro sentido pésame a sus hijos FERNANDO, EMILIANO, ANTONIO Y OSCAR. A sus hijas políticas, nietos, sobrinos y a toda su familia. D.E.P.

viernes, 7 de noviembre de 2025

UNA BODA A HORAS INTEMPESTIVAS


    Dedico este simpático artículo a FÉLIX GÓMEZ, nacido en Vallelado, (Hermano de Ilumi), que, a sus 97 años, mantiene una memoria prodigiosa. Me cuenta, que es un fiel seguidor de este blog de noticias, que consulta cada día nada más levantarse, y al que agradezco personalmente que le sirva de entretenimiento, y para estar informado de lo que pasa en el pueblo que le vio nacer. Seguramente será la persona de más edad que visita esta ventana informativa regularmente. Gracias de todo corazón, Félix.

 

    Ángel Fraile

    Hablamos de tiempos atrás, cuando la vida era muy diferente a la que ahora conocemos. Nuestros abuelos tuvieron que adaptarse a los contratiempos que surgían, y sobre todo trabajar muy duro para salir adelante. Las bodas de entonces, prácticamente todas se celebraban por la iglesia. Luego venían los hijos, y era grande la alegría, en eso coincidimos con el presente. Esta alegría era bastante más frecuente que ahora, pues había muchos más nacimientos. Pese a todo, las familias salían a delante con ilusión y mucho trabajo. Cuando fallecía alguno de los cónyuges a temprana edad, se generaba una gran tristeza, y un gran problema en esa casa, porque en ocasiones se quedaba, bien el padre o bien la madre con hijos pequeños, teniendo que recurrir a la familia para que ayudase al cuidado de los pequeños. Por entonces no había ni Seguridad Social, ni ayudas para estas familias. Imaginamos a una de esas mujeres que se quedaban viudas con dos niños pequeños. Esta tenía que ponerse a trabajar en aquello que pudiera, sin tener tiempo para pensar. Así le ocurrió también a mi bisabuela Feliciana, que con dos hijos pequeños tuvo que buscarse la vida para salir adelante. Cuando era el hombre el que enviudaba, ocurría que no podía hacerse cargo de los niños y trabajar a la vez.

    La mayoría de las personas que enviudaban se volvían a casar, casi diría yo, que, por obligación, porque había que sacar adelante a la familia. Estas bodas de viudos entonces estaban mal vistas a nivel general, por lo que los jóvenes del pueblo tenían la costumbre de ir a casa del novio o novia, la víspera de la boda a “dar la matraca”.  Era costumbre de celebrar estas bodas de noche, a altas horas de la madrugada, acudiendo a la ceremonia solo algunos familiares más cercanos.

    En una ocasión, en Vallelado, una de estas bodas, nos cuenta Félix Gómez, que entonces era monaguillo, que tuvo que levantarse a las 4 de la madrugada para acudir a la iglesia y ayudar en la ceremonia. El cura le dijo que preparara todo lo necesario, como hacía habitualmente. Cuando fue a rellenar las vinajeras de vino para la ceremonia, vio que la botella estaba vacía. Parece ser que al sacristán le gustaba empinar el codo, y sin más miramiento, y suponemos que tratando de matar ese gusanillo, se tomó lo que quedaba de la botella. Félix inmediatamente, y casi sin tiempo, le dijo al Sr cura que no hay vino, que la botella está vacía. El cura todo nervioso le dijo a Félix que fuera en casa de la tía Eusebia, a por una botella de vino añejo. A esas horas de la madrugada, llamó Félix a la puerta de la Tía Eusebia, que vivía cerca de la iglesia, en la carretera. La señora se asustó, por lo intempestivo de la llamada, a medianoche, pero Félix le explico lo que pasaba, e inmediatamente sin dudarlo le sacó una botella de vino para que  los novios pudieran dar su sí. 

    Esto nos recuerda el pasaje del evangelio cuando en las bodas de Caná, se acabó el vino y tuvo que intervenir Jesús, para solucionar el imprevisto desaguisado. En este caso que ahora tratamos, no había vino para celebrar la boda, y gracias a la pericia del monaguillo, Félix, pudo celebrase sin contratiempos, aunque fueran las 4 de la mañana. En este tipo de bodas, por razones obvias, los novios no daban convite, como solía decirse. No estaba el horno para bollos.

Torre de la antigua iglesia de Vallelado


martes, 4 de noviembre de 2025

COMIENZO DEL OTOÑO MUY SECO

 COMIENZO  OTOÑO 2025 MUY SECO

    Ángel

    Han pasado ya más cuarenta días desde que comenzara el otoño, y las lluvias se hacen de rogar, al menos hasta hace unos días. En lo que llevamos de estación se han recogido unos 50 litros. A estas alturas, generalmente otros años, la otoñada estaba ya presente, cuando los granos de cereal que han quedado tras la cosecha habían nacido y las tierras tenían un verdor ,muy agradable a la vista. 

    A mediados del pasado mes de octubre estando, paseando por los cerros que rodean nuestro valle, y daba cierta pena ver que la mayor parte del terreno estaba reseco, como si de un desierto se tratase. Tan solo se veía alguna tierra de regadío a lo lejos, pero no muchas. Me da la sensación de que cada vez se siembra menos regadío.  

    Lo que, sí que destacaba con el paisaje tan reseco, eran las laderas de pinos que se plantaron hace ya varios años. Contrastaban con la tierra reseca del valle.

    En lo que llevamos de estación se han recogido unos 50 litros, esperemos que esto sea solo el principio, y las lluvias nos regalen ese bien tan preciado que tanto necesitamos

 Podéis apreciar esto con las imágenes que tomé el 15 de octubre