miércoles, 7 de agosto de 2024

MARCELINO GARCÍA ARRANZ, UN GRAN PINTOR AUTODIDACTA

 MARCELINO GARCÍA ARRANZ

UN PINTOR AUTODIDACTA, HECHO A SÍ MISMO


        Ángel Fraile de Pablo

    Desde hace ya unos años, Moraleja de Cuéllar, un pueblecito segoviano, de la comarca Cuellarana, cuenta con un personaje muy popular, yo me atrevería a decir que con un gran artista. Se trata de Marcelino García Arranz. Marcelino nació en Moraleja, trabajando de joven en el campo. MÁs tarde, por eso de las oportunidades, marchó a Madrid para labrarse un futuro mejor. Pero la tierra es la tierra, y el lugar de nacimiento está bien impreso en todas las personas, y cuando hay oportunidad, nos tira el terruño. Así ha hecho Marcelino, que cuando se ha jubilado ha vuelto al pueblo, como dice ese programa de Castilla y León. La casa de sus padres, que todavía estaba en pie, ha sido su refugio y su estudio como artista, donde ahora desarrolla su gran afición como pintor. 

    El estudio más importante de pintura, lo tiene en plena calle, a la intemperie, pues sus trabajos pueden disfrutarse por todo el pueblo en tapias y fachadas. Sin miedo al calor o al frío, Marcelino escoge la pared más adecuada, claro está que, con permiso de los dueños de la casa o tapia, y allí pone en marcha la idea que le estaba rondando en la cabeza. Un primer trabajo, antes de ponerse a realizar su idea, es adecuar el lienzo o base, donde va a realizar el fresco para que esté perfectamente bien, y así la pintura agarre quedando un fondo uniforme. Después de poner el andamio, hay que hacer el dibujo de la futura obra. Esta es una fase de las más importante, dando la perspectiva adecuada para que la pintura sea lo más real posible.

    Todo el pueblo de Moraleja es un museo de pintura al aire libre, que merece la pena visitar. Podemos contemplar, monumentos importantes de nuestra provincia segoviana como el acueducto, el alcázar, la catedral, una fuente de La Granja; otras pinturas son estampas de países americanos, algún bodegón, paisajes y estampas costumbristas, la fuente de La Cibeles de Madrid, etc. Aunque la mayoría de las pinturas son a todo color, hay algunas en color negro que también son una delicia para contemplar. 

   Uno de los primeros frescos que realizó, fue el acueducto segoviano. Es tal la perspectiva conseguida, que parece realmente, cuando miras, que te encuentras en la propia ciudad de Segovia, al pie del acueducto. 

    Queremos agradecer a Marcelino, que el día que le visitamos, nos guiara por todo el pueblo para admirar y disfrutar con sus pinturas. Todas tiene una historia, que nos contó con detalle, y las personas que en ellas parecen son personajes reales, bien de su familia o de otras personas conocidas. Una auténtica gozada con la ilusión y el buen humor con que nos ilustraba. Pasamos una mañana muy agradable en su compañía. 

    Nos cuenta Marcelino, que no ha ido a ninguna escuela de pintura, y que aprendió a pintar de forma autodidacta. Goza con la pintura, dice que es feliz realizando este trabajo. Quiero destacar que en la mayoría de los casos el gasto de las obras, y de materiales que usa para realizar este bonito trabajo, corren de su cuenta, sin ningún tipo de ayudas; en este caso también podemos decir que “Por amor al arte”. El ayuntamiento de Moraleja sí que le ha dedicado una de sus calles. 

    Como anécdota nos cuenta que, en una de las pinturas, donde puede verse una estampa popular y una puerta antigua de dos hojas, abierta por la parte de arriba, parece tan real que un gato intentó saltar y colarse por la puerta y se estrelló contra la pared. Qué más realidad que esta, para afirmar que son pinturas más que reales. 

    Solo espero que algún día, se le reconozca el trabajo realizado en este pequeño pueblo segoviano que le vio nacer, donde ahora ha vuelto para dejar su huella para el resto de las generaciones. Dice un viejo y auténtico refrán, que de bien nacido es ser agradecidos, y deseamos que, a Marcelino, que todo el mundo conoce como “El Pintor de Moraleja” se le reconozca, más pronto que tarde, el trabajo realizado de forma totalmente altruista. Se lo merece. Gracias Marcelino. 




Marcelino junto a una de sus grandes obras


El acueducto hiperrealista de Moraleja

Estampa costumbrista de la vendimia


La familia de camineros de Marcelino

Catedral de Moraleja,... digo de Segovia




Familiares de Marcelino en la mesa








Quien no diría que estamos frente al acueducto, en la misma capital.



Puerta por donde quiso meterse el gato y se estrelló contra la pared.

Parece Segovia, pero este alcázar está en Móraleja

Mesón Arandino de Madrid. 

Marcelino y Carlos, tratando de robar el lechazo a los comensales.










Un valiente Marcelino, tratando de tirar del rabo del toro y separlo del caballo

y Carlos a la espectativa, midiendo el riesgo.