Ángel Fraile de Pablo
Desde hace ya bastante tiempo, y aprovechando el artículo que he incluido en este blog de noticias hace unos días, sigo pensando en la importancia del nombre de las calles de un pueblo o ciudad. Estos nombres forman parte de nuestra historia, y hay que darle la importancia que tiene, bajo mi punto de vista.
Cuando surge la ocasión de poner un nombre a una calle nueva, por ampliación del casco urbano, se debería de pensar un poco a la hora de elegir un nombre que forme parte de nosotros mismos. Hace ya bastantes años, me dirigí por escrito al ayuntamiento para sugerir que cuando se vaya a dar un nombre a una calle nueva, se tuviera en cuenta nuestra propia historia y la de los pueblos que dentro del actual término, forman hoy parte de lo que conocemos como despoblados y que sabemos donde están localizados. Aunque no recibí respuesta a mi sugerencia, yo me sentía con la obligación, al menos de sugerirlo.
Si preguntásemos a las personas que viven en Vallelado en relación con algún nombre de alguna de las calles, del posible origen, seguro que muchos no sabrían responder. Pues de eso se trata, de saber de dónde proviene. Si no conocemos nuestro entorno y la propia historia de donde habitamos, no podemos amarla ni identificarnos con ella.