martes, 25 de febrero de 2020

UNA HEMBRA DE CORZO CHOCA CON UN VEHÍCULO EN LA CARRETERA DE CASCÓN



EL PELIGRO DE LA FAUNA SALVAJE


Ángel Fraile de Pablo

De unos años a esta parte, ciertas especies de fauna salvaje han proliferado en gran medida. Por poner dos ejemplos podemos hablar de los jabalíes y de los corzos. Estos últimos son una especie que no lleva muchos años en nuestra zona de Vallelado y comarca. Los extensos pinares y otras zonas de densa vegetación y arbolado, son el refugio perfecto para ellos durante el día. Al atardecer y de madrugada, es cuando suelen salir a alimentarse como buenos rumiantes, de los brotes tiernos  de árboles y en  tierras de labor y regadío, cuando las plantas son jóvenes y más apetecibles. Son animales tranquilos y huidizos, que se guardan y no dejan que se acerquen los humanos. Se les ve frecuentemente en los pinares, cerca del río y por  los valles y rebarcos del término, no muy lejos de pequeñas zonas boscosas donde descansan y se resguardan. También los vemos al atardecer o de madrugada cruzando caminos y carreteras, con el consiguiente peligro para los vehículos y sus ocupantes. 
Sin ir más lejos, el que suscribe,  hace unos días (concretamente el viernes 21 de febrero, al atardecer), se encontró de sopetón con una pareja de corzos, que cruzaba la carretera que desde Vallelado conduce hasta el término de San Miguel del Arroyo, y que luego enlaza con la autovía de pinares que va a Valladolid. 
Cuál fue mi sorpresa que subiendo la cuesta con el coche,  en la zona que conocemos como "Cascón", en una zona de poca visibilidad lateral, y desde lo alto bajaban una pareja a gran velocidad desde la montaña, y saltando al medio de la carretera; sin que me diera cuenta, choque con uno de ellos, saliendo despedido el animal hacia la cuneta contraria; el otro corzo logró esquivarme porque venía detrás. Se pueden imaginar el susto tan tremendo por el fuerte impacto. Gracias a Dios el coche no desvió su trayectoria y pude seguir hasta lo alto del llano, donde paré, saliéndome a un camino, para ver los daños en el vehículo, pues no podía detenerme en la subida por el peligro que suponía parar allí. Como es preceptivo en estos casos, avisé a la Guardia civil para que redactasen el atestado correspondiente. 
Más tarde, ya pensando fríamente, fui consciente del peligro que suponen estos animales, sobre todo porque cada vez son más numerosos. Opino que deberían de controlarse por la administración, que es la que conoce mejor del número aproximado que existen. Según mi opinión había que disminuir su número por el bien de todos. Ni que decir tiene que para que te cubran los daños, debes tener un seguro que incluya accidentes producidos por la fauna salvaje, y de no ser así los gastos correrán de cuenta del que haya tenido la mala fortuna de toparse con uno de ellos. 
Si alguno se pregunta que fue del animal, les diré que la hembra de corzo murió en el acto por el fuerte golpe.
La buena fortuna, hizo que en este caso concreto los daños producidos fueran solo materiales, pero no quiero imaginarme que el salto desde la ladera tan pronunciada del corzo, hubiera impactado contra el parabrisas; ya no estaríamos hablando solamente de daños materiales, sino daños a personas. Me gustaría desde aquí hacer un llamamiento a la administración correspondiente para que tome cartas en el asunto sobre este tema, pues seguro que el mío no es el único caso. Podemos imaginar que un animal de estos cruce la carretera en plena noche y que impacte contra cualquier vehículo.