ABC castilla y león 9/02/2020
El pastor segoviano ya jubilado Pedro Sanz, de Rades de abajo, que cada año hace su pronóstico del tiempo según las tradicionales cabañuelas.
Las cabañuelas pronostican un 2020 con menos, nieve pero que también caerá en abril y octubre.
Así será el tiempo mes a mes este 2020 según las cabañuelas: lluvias más repartidas y menos olas de calor
La previsión meteorológica realizada por el pastor segoviano Pedro Sanz según este tradicional método pronostica también nieve en abril y octubre
Para 2020, lo primero a tener en cuenta «es que es bisiesto». ¿Y es que influye que febrero llegue con 29 días? «Pues claro», responde tajante. Y es que «o son llorones o sequeros», explica quien durante años condujo el rebaño por su pueblo, Las Rades de Abajo (Pedraza), y ahora en Segovia capital sigue saliendo al campo cada día.
Así que echando la vista cuatro años atrás, en 2016 tiene un referente sobre la influencia de que el segundo mes del año llegue algo menos «cojo» que sus hermanos de calendario. Y será en ese mes y también en marzo cuando lleguen por ahora las nevadas, que en lo que queda de invierno, ya avanza, no serán especialmente abundantes, aunque habrá sorpresa a lo largo de 2020.
Pero nada de guardar la ropa de más abrigo. Cumpliendo en parte con ese refranero de «febrerito loco», pero «no mucho», habrá de todo: sol, calor, lluvia, nieve, heladas... Aunque al caer el 29 en sábado, «no» será tan variable y se presentará «más suave». Después del frío inicial, lluvias –e igual algo de nieve– del 12 al 20, que son «buenas para el prado y el centeno». Y para carnavales (23 al 25), «mucho frío» acompañado con toda probabilidad de «hielo». «Igual que en Reyes», explica Pedro Sanz, pues la dinámica se repite.
En Semana Santa, lluvia hasta el jueves
«Suave» en temperaturas se estrenará marzo, aunque «con algo de escarcha», y para el 12 de nuevo las lluvias, antes de que en el mes que entra la primavera, la estación se presente –el 21 de marzo– «con algo de calor». Pero la situación empeora después y tras un arranque de abril «suave», hasta Jueves Santo –9 de abril– , agua e incluso nieve a 1.200 metros de altitud. Y es que el manto blanco será uno de los trajes con los que se vista un abril que cumplirá con lo de «aguas mil», sobre todo hacia San Marcos –25–. Eso sí, precisa este pastor jubilado, «será una lluvia tranquila».
Y es que una de las características de este 2020 será que las precipitaciones estarán más repartidas a lo largo del año que en 2018, cuando se acumularon sobre todo al final.
«Muy cambiante» será mayo. Volverá el frío y para San Isidro (día 15) se espera escarcha «y alguna helada», advierte Pedro Sanz, aunque para finales retornará el calor.
Prueba de que las precipitaciones regarán todo el calendario, que junio se estrenará con lluvias hasta el 8 ó 9. Y en torno a San Juan (24) el solsticio de verano brindará la primera ola de calor de un año en el que el astro rey no apretará con tanta fuerza como en 2019. De hecho, pronostican las cabañuelas, no habrá tantos episodios de temperaturas disparadas por encima de lo normal. «El año pasado conté 214 días de calor», recuerda Pedro Sanz. «Se calienta el Mediterráneo y luego llegan las gotas frías que no hay quien las pare», señala.
Julio, fresco al inicio
«Un poco resfriado» arrancará julio, en el que será necesario al inicio no olvidarse la chaqueta para combatir unas temperaturas «más bajas de lo normal» para el estío. Lluvia del 15 al 25, antes de que llegue el calor. Eso sí, lo hará con fuerza y ganas, pues dará el relevo a un agosto que comenzará con los termómetros disparados hasta mediados de mes. El relevo lo tomarán entonces las tormentas que acompañarán las fiestas en la mitad de los pueblos. Eso sí, para finales de mes regresará el calor, que continuará casi hasta mediados de septiembre, al que también regarán las lluvias ya hacia el 12 y 13.
Y aunque este año habrá que aguardar un poco para sacar la manga corta, luego se podrá seguir usando con el otoño ya entrado. El conocido como «veranillo de San Miguel» tendrá prisa por exhibirse y ya desde el 21 marcará el cambio de estación con temperaturas elevadas, que se prolongarán hasta la primera semana de octubre. Para el Pilar, la fiesta de la Hispanidad (12 de octubre) estará regada de lluvia fuerte y para San Frutos (25), nieve en los altas, pronostican las cabañuelas cuadradas por este pastor jubilado.
Con algo de niebla y temperaturas frescas pasará de hoja el calendario, para dar el relevo al penúltimo del año con más nieblas, escarcha y viento que ayudará a que «caiga la hoja». Precipitaciones a mediados, que darán paso a nevadas a finales, incluso en cotas más bajas.
Cielos «rasos»y frío acompañarán al puente de la Constitución y la Inmaculada en diciembre y para despedir el año llega «lo peor», porque «hacía 24 años que no era luna llena el 31 de diciembre». Y eso significa, explica Pedro Sanz, que nevará «más» de lo normal para cerrar un año de lluvia más repartida a lo largo de todos lo meses, menos olas de calor y poca nieve, además de dejarse ver el manto blanco en primavera y otoño.