JESÚS CUÉLLAR
Hola Emilio, hace una semana que te fuiste y tu ausencia se hace insoportable. El vacío que has dejado es inmenso. No tenía dudas de que la gente te apreciaba pero la avalancha de condolencias y el profundisimo sentimiento de tristeza que tu marcha ha dejado me ha hecho pensar que no sólo te estimaban sino que te querían muchísimo tal y como eras, Único, Especial y Diferente.
Nos han robado tu presencia pero nada ni nadie nos podrá privar de tu recuerdo, de los estupendos recuerdos que todos tenemos por las múltiples vivencias a tu lado. Esos buenos e inolvidables recuerdos serán los que nos ayuden, junto con el paso del tiempo, a poder convivir con tu ausencia, los que harán que las actuales lágrimas de amargura se transformen en medias sonrisas en un futuro.
Hoy nada puede consolar a Modesto, Ana, Oscar, Alicia, Ariadna y David. Es imposible que encuentren una explicación racional a lo sucedido porque no la hay, sólo la puñetera mala suerte. Por favor, mirad al futuro con esperanza, con la ilusión de ver crecer a esa hija, sobrina y nieta que tanto necesita de vosotros, con el orgullo de haber criado a un hijo y hermano Único, bondadoso, generoso,...a una magnífica e irrepetible persona, a EMILIO, que aunque demasiado temprano ya se encuentra bajo el cobijo de su queridísima Madre dondequiera que esté.
Adiós primo. Hasta siempre Emilio.
