Ángel Fraile
Bonita jornada, la vivida el domingo 13 de noviembre en Vallelado. El tiempo podíamos decir que primaveral, con una temperatura muy agradable.
La idea había partido de Gerardo y Diego, con la colaboración del Bar Vicente.
Según estaba anunciado en los carteles que se han publicado, también en este blog de noticias, se trataba de pasar una jornada diferente para entretener y divertir a todos, como así ha sido.
Como si de una exposición de coches o carruajes antiguos, a media mañana empezaron a llegar a la plaza del Barruelo los participantes. Desde Vallelado un carruaje de varas antiguo, tirado por un caballo de potencia, bueno quiero decir con un burro de potencia, y conducido por Gerardo. Desde S. Miguel del Arroyo llegó el vehículo de Hortensio, cuya fuerza la daba otro burro de potencia. El vehículo estaba recién restaurado y tuneado con unos arreos prácticamente nuevos que llamaban la atención y con un collar de cascabeles que sonaban de maravilla. Desde Mata de Cuéllar con un vehículo tirado por dos zamoranos llegaba como conductor Abel Enduro, un tradicional de estos ralis. Desde Iscar había venido Felipe, con un vehículo de lo más moderno, con frenos hidráulicos, en este caso la fuerza la daba un gran caballo. Acompañando a Felipe, Angelines, con un utilitario muy mono de paseo, tirado por un Pony. Dos preciosos caballos de paseo, montados por Carlos y Víctor, acompañaron a este singular grupo.
Todos reunidos, en la plaza, junto al pequeño parque y el gran Crucero de piedra que se colocó ya hace unos años," La Cruz de los pradillos".
Antes de salir a recorrer las calles de Vallelado, quisimos dar unas pinceladas de historia de nuestro pueblo, y comentar para el numeroso público, que se había congregado, sobre todos padres con niños y alguna persona mayor. Un servidor habló de estos cruceros de piedra, de los que afortunadamente conservamos varios de ellos en Vallelado, y de su significado e historia, así como del porque estaban situados en las entradas de los principales caminos que llegaban hasta Vallelado. Estos cruceros reciben también el nombre de "Humilladeros", pues las gentes se arrodillaban o humillaban ante ellos, para orar y como señal de respeto.
A continuación toda la comitiva, precedida de los vehículos, que iban a rebosar de niños, marchamos por las calles de Vallelado, llegando hasta la zona de la antigua ermita, para seguir por calle Nueva y Calle Tahona. Desde aquí seguimos por la calle Fragua. Gerardo había preparado una sorpresa a Carmen, su suegra, que vive en esta calle, y que felizmente cumplía 90 años.
A la mima puerta, con todo el acompañamiento, le cantamos el "Cumpleaños Feliz", de lo cual quedó muy contenta y agradecida saludando efusivamente a todos los presentes. Un bonito detalle que Carmen agradeció.
Seguimos la ruta por otras calles hasta llegar al camino de la Vega, donde está el crucero que todos conocemos como de "La Pobrera", ya que a mediados del pasado siglo allí hubo un refugio para los pobres que acudían a pedir a Vallelado. Este crucero con su Cristo grabado en propia cruz, es el más antiguo del que tenemos noticia, y data del siglo XVI.
Allí mismo junto al crucero, descansaron animales y personas. Gerardo y Diego habían reservado unos bollos y aguardiente para todo el que quiso probar.
Bota en mano Hortensio brindó por todos los presente con un largo y laborioso brindis. A continuación Gerardo, como ya es habitual, se echó a cantar y después siguieron Diego y su compañero Godo con canciones tradicionales, pasando todos un rato muy agradable.
Llegadas las 13 horas, según la programación, marchamos todos hasta la plaza Mayor, donde acompañados de dulzaina y tamboril, a la puerta de la iglesia, se ha bailado durante un buen rato el típico baile de rueda, ante la mirada atenta de mucho público, que impaciente esperaba que sirvieran las sopas de ajo.
Las sopas han sido cocinadas en casa de Manoli y Rául. Los cocineros encargados han sido: Raúl, César, Jorge y Julio Cesar.
Se han repartido unas 265 raciones que han sido consumidas in situ en unas mesas que había habilitado Marta, del bar Vicente, otros de pie y algunos se han llevado las sopas a casa para comerlas más tranquilamente. Una jornada para recordar y con un motivo y un fin muy loable.
Se han recaudado poco más de 500 € que buenos son para la AECC.
El comentario, un poco largo, pero creo que ha merecido la pena llegar hasta el final.
Ahora, disfrutad de las fotografías de la jornada.