Llegado San Martín, 11 de noviembre, empiezan a caer las temperaturas, y el frío suele hacer acto de presencia. Tenemos la costumbre de calificar el tiempo atmosférico como bueno o malo dependiendo de nuestros gustos o preferencias, pero las distintas estaciones del año son necesarias para que la naturaleza siga su curso y para muchas actividades, y no por ello el tiempo es malo cuando hace frío y bueno cuando hace calor.
En el caso que nos ocupa, tiempo de frío, hielo y nieve, podíamos calificarlo como malo, pero si precisamos un poco más veremos que es malo para unas cosas y bueno para otras; o sea que todo es relativo. Dice el refrán...."a cada cerdo le llega su San Martín". Si el cerdo pudiera pensar y hablar, diría que estamos en un tiempo malo...naturalmente que para esta especie, si hablase, no podía ser peor. Pero si esto mismo le preguntamos a la persona que ha sacrificado al pobre cerdo, diría que es un buen tiempo...buen tiempo para que se conserve la carne de la matanza, cosa bastante difícil si hiciera calor.
Por lo tanto estamos en invierno y hace frío, ni buen tiempo ni malo. Adecuado para unas cosas y menos propicio para otras.
Se va perdiendo en nuestros pueblo esta costumbre de las matanzas, pues ya no queremos tanto trabajo y preocupaciones, y preferimos comprar la carne ya limpia y preparada que no tener que picar, sazonar, amasar, embutir, curar.....Pero todavía quedan valientes que han heredado de sus padres y madres esta costumbre y lo siguen haciendo, que luego el cuerpo se lo agradecerá.
Un día frío del mes de diciembre, antesala de la navidad, ha sido elegido para esta tradicional actividad. Durante toda la fría noche a la intemperie, la carne se oreará antes de poder destazar el animal al día siguiente.
Aquí vemos a los hermanos Arranz Velázquez que cada año reviven esta tradición que luego disfrutan poco a poco durante todo el año.
"Salud y buen provecho"