Ya he publicado alguna vez más poemas de mi abuelo Ignacio Fraile, que escribió hace ya muchos años. Aquí os dejo otro para aquellos que gusten. (Con el buscador de la derecha, podéis encontrar más poemas)
¡ SE NECESITA ESTAR LOCO...
!
Se suele decir por aquí,
si uno no está en sus cabales:
“Fulano se ha vuelto loco,
le han llevado a los Horates”.
Otros por el mismo estilo
y esas causas, desde luego,
también se suele decir:
“Le han llevado a Ciempozuelos”.
Eso solemos decir
los que estamos por aquí,
sin pensar lo que dirán,
los que se encuentran allí.
Pues yo también me figuro
que pueden decir con razón,
que no son todos los que están,
ni están todos los que son.
Pues suele haber por aquí
personas de gran talento,
que cometen más locuras
que los que están allí dentro.
¿Pues no sería mejor
que las personas que esto
hacen,
se hubieran vuelto ya locas,
que estar haciendo lo que
hacen?
En lugar de agradecerlo,
por ser sólo un don de Dios,
se valen de su saber
para hacernos más traición.
Lo demuestran las personas
que nos causan tantos males,
atracos, secuestros, drogas
y que son tan criminales.
Se valen de su saber
para cometer los hechos,
burlar a la policía
y marchar al extranjero.
Si en manos de autoridad
estos mismos suelen verse,
por evitarse el castigo,
quieren pasar por dementes.
Así burlándose siempre,
van por la vida marchando
a semejanza del cáncer
que suele hacer tanto estrago.
Y así vemos a familias
que vivían muy contentas
y las han hecho desgraciadas
por secuestrar a uno de ellos.
No hay que esperar el remedio
de tan cacareada paz,
que la paz nunca existió,
ni la hay ahora, ni habrá.
El mundo desde que existe,
así la historia lo enseña,
siempre ha habido dos ejércitos
con diferentes banderas.
Siempre ha habido voluntarios
a su bandera servir,
y como los jefes son
contrarios,
y no se quieren rendir,
siempre, siempre hasta morir,
no esperes un alto el fuego
que nunca te ha de venir.
Tienes que seguir luchando
mientras estés en el mundo,
porque el jefe que servimos
nos ha asegurado el triunfo.
Y el enemigo mayor
que en esta vida notamos,
solemos llevar consigo,
sin poder separarnos.
Pues suele ser nuestro cuerpo
nuestro mayor enemigo,
que sino sujetas las bridas
nos llevará al precipicio.
Que cuando nos damos cuenta
lo que en esta vida pasa,
pensando en los que están locos
no vemos tanta desgracia.
Porque algunos que yo he visto,
su manera de vivir,
piensan que son más felices
que los que viven aquí.
Por eso no hay que extrañar
que ellos piensen de otro modo,
los locos son los de fuera,
los cuerdos somos nosotros.
Comparo los versos que yo hago
a aquel célebre pintor,
que en las cosas que pintaba,
ponía a continuación:
“Este es un perro, es un
gallo”.
y hacía bien, porque sabía
que si él no lo decía,
nadie lo hubiera acertado.
Así pasa con mis versos,
para saber que versos son,
también debiera ponerlo
yo siempre a continuación.
Y aunque así fuese, yo creo
no faltará quien al leerlos,
alguno de ellos dijera:
“Decir que estos son
versos,
se necesita estar loco,
pues llevarle a Ciempozuelos”.
