domingo, 19 de octubre de 2025

ANÉCDOTA PROCESIONAL

 CON EL...AL AIRE

        Ángel Fraile

    Afotunadamente, las condiciones higiénico-sanitarias de los núcleos rurales han avanzado positivamente en las últimas décadas. Hasta hace no mucho tiempo no existía alcantarillado y agua corriente en las casas. Las necesidades fisiológicas, habían de ser satisfechas por cualquier persona, al igual que hoy en día, y así será siempre. El corral, era el lugar habitual para hacer, aquello nadie puede hacer por nosotros. Muchas veces,  había que buscar un rincón o callejuela de manera urgente, siempre y cuando fuera poco frecuentada por las gentes del lugar. Irónicamente, podíamos decir, que esto hoy no sería posible, pues entre otras razones, ya no hay corrales. Hemos cambiado el corral por patio, y nadie se imagina que en pleno siglo XXI, alguien diga que tienen una urgencia y va a salir al patio a “hacer del cuerpo”, (eufemismo que usamos para suavizar el lenguaje). 

       El caso es, que una buena mujer de Vallelado, ya entrada en edad, algo aislada del mundo, a causa de su sordera, se vio sorprendida en plena calle, a las afueras del pueblo en aquellos años,  en la llamada calle de La Fragua con la calle de La Tahona, que por entonces eran huertas; Esta, se vio sorprendida, como decíamos, por una procesión, por celebrarse alguna de las numerosas fiestas que entonces había. A causa de su defecto, antes dicho, no se percató de los rezos y cánticos de los asistentes que se iban acercando, y que de repente, volviendo la esquina del cruce de ambas calles, viose en posición comprometida y sin poder reaccionar; Con el susto en el cuerpo, tuvo la genial idea de quedarse en posición inmóvil, para evitar ser reconocida por sus vecinos, para lo cual, con los amplios manteos que por entonces llevaban las mujeres, de repente en un solo y rápido movimiento, se tapó cabeza y cara. Estas prisas, hicieron que sus partes pudendas, quedasen al fresco, y a la vista de los numerosos devotos. Parece ser que esto no le importó demasiado, pues así se quedó hasta que la procesión pasó de largo. La sorpresa de las gentes, lógicamente fue mayúscula, pero nadie llegó a reconocer a la protagonista de tan singular estampa. No le preocupó lo más mínimo que toda la comitiva le vieran por detrás. Bien sabido es, que a las personas se les reconoce por la cara, que dicen que es el espejo del alma, pero el ... ni nosotros mismos conocemos el propio, cuanto más los demás.



    Estamos ante una de tantas escenas, divertidas al menos, de unos tiempos pasados, donde también a veces reinaba el buen humor, cuando no existía, la televisión, ni casi el cine.

    Hoy como ayer, es importante de vez en cuando, tener ese humor y reírse, que es muy bueno para la salud. 



jueves, 16 de octubre de 2025

HA FALLECIDO MARÍA VICENTE DE LA CALLE

    Ha fallecido en Valladolid, el día 16 de octubre de 2025, a los 83 años de edad, MARÍA VICENTE DE LA CALLE. Nuestro sentido pésame a toda su familia, especialmente a su hermana ENCARNACIÓN VICENTE DE LA CALLE, a todos sus sobrinos, primos y demás familiares. D.E.P



martes, 14 de octubre de 2025

HA FALLECIDO EN MADRID BRÍGIDA GARCÍA ACEBES ( RELIGIOSA DE LAS AGUSTINAS MISIONERAS)

    BRÍGIDA, que era su nombre de pila, recibió el nombre de  SOR ASUNCIÓN cuando tomó los hábitos de la orden Agustina. Estuvo durante una buena parte de su vida de misionera en Argelia.

    Mi agradecimiento a sus sobrinos Marcos  y Amparo, que nos han comunicado la noticia para publicarla, y para conocimiento general. Nuestro pésame desde este blog de noticias a todos sus familiares.  D.E.P.

    Sor Asunción era hermana de Paula García, esposa de Eduardo Cuéllar, que estuvo de alguacil en Vallelado durante muchos años; tambien era hermana de Carmen. 

Esta es la semblanza de su vida, que nos han enviado 




sábado, 11 de octubre de 2025

75 AÑOS DE UNA GRAN TORMENTA EN VALELADO Y SAN CRISTÓBAL

 


UNA GRAN TORMENTA ARRASÓ VIÑEDOS Y MELONARES EN EL VERANO DE 1950


    Ángel Fraile de Pablo

    Sabemos, que las tormentas son típicas de verano o comienzos del otoño. Desgraciadamente es de actualidad en nuestro país estas fuertes descargas de agua en zonas limitadas, con importantes daños a los bienes y a las personas. 

    En la antigüedad, estas tormentas eran igual o más habituales que ahora, y también generaban desgracias en sembrados, viviendas y a veces en personas.  La diferencia es que, al menos eso creo yo, es que entonces las gentes conocían por ellos mismos y sus abuelos, las zonas de cada término que podían inundarse, o como ahora se dice “Potencialmente inundables”. Cuando se producía una fuerte tormenta, sabían dónde iba a parar el agua, y esas zonas estaban generalmente libres de edificaciones, por lo que el daño a los bienes se aminoraba. Todos, o los más mayores, saben que durante algunas épocas se hacían lo que se denominaban como “obrerizas”, donde todos los vecinos iban a limpiar los cauces, caces y arroyos, para que el agua corriera lo más libremente posible. Hoy desgraciadamente hemos olvidado esta cultura popular, y no nos preocupamos ni nosotros, ni casi podría decir que las administraciones.

    Cuando tenemos alguna inundación por lluvias, ha ocurrido que la CHD, de quien depende limpiar el arroyo, por ejemplo, lo ha limpiado pasada la tormenta, o a toro pasado, y haciendo alusión a un viejo refrán popular podemos decir que: …” A buenas horas mangas verdes”. No se trata de echar la culpa a nadie, sino de que debemos de respetar la naturaleza y muchas veces no lo hacemos caso, y mucho peor aún, no aprendemos de los errores.

    Al hilo de estas grandes tormentas, recojo una noticia del año 1950, de finales del mes de agosto, hace 75 años. Una gran tormenta que afectó a S. Cristóbal y Vallelado y otros lugares como Viloria y el Santuario del Henar. Dicha tormenta, se originó en el conocido Pico del Fraile, arrasando la mayor parte del viñedo, que por entonces era un cultivo fundamental y muy importante, también afectando a otros cultivos que aún estaban sin recoger. Por suerte la cosecha de cereal ya estaba recogida, y en las eras solo quedaba la paja. Como cuenta el corresponsal, también se vieron afectados los tejados de muchas viviendas, y como curiosidad, que nos da idea de la fuerza del viento, se cayó un bolo de la torre de San Cristóbal, sin que causara daños personales. No sabemos si la cigüeña sufriría algún percance.

    Podéis leer detenidamente los detalles de la gran tormenta, en el recorte del Adelantado de Segovia que os dejo a continuación. 






martes, 7 de octubre de 2025

SIGUE EL VANDALISMO EN EL PUENTE VIEJO


Ángel Fraile

    Todo el pueblo de Vallelado, y también muchas personas del cercano municipio de Chañe, tenemos por propia la zona de esparcimiento del Puente Viejo. Allí es donde todos los años, tras las fiestas de septiembre, celebramos la comida de hermandad, degustando las ricas patatas con carne de ternera. Es una bonita zona en el pinar y al lado de nuestro río Cega. A lo largo del año y en cualquier época, hay muchas personas que se acercan a pasear y disfrutar de esta zona tranquila.

     Hace unos años que el ayuntamiento construyó una pequeña edificación con la intención de poner allí un pequeño bar o quiosco donde pudieran venderse bebidas, refresco, etc, sobre todo para el tiempo estival.  A los pocos días rompieron las puertas y se vio que allí era muy difícil instalar nada. El vandalismo campaba a sus anchas, y allí sigue esta edificación con un aspecto que da pena. 

    El pasado domingo, 5 de octubre me acerqué a pasear por esa zona, y tristemente comprobé como siguen los actos vandálicos, sin que se respeten los bienes comunes. Todo lleno de pintadas. Un cartel informativo que fue puesto hace no muchos años, indicando la zona, y explicando un poco el paisaje, está totalmente inservible y no puede leerse el texto. 

    Esta zona natural, que debería ser un orgullo para todos los que lo visitamos regularmente, se ha convertido, en un lugar donde las personas incívicas, sin educación, y que no respetan lo que es de todos, campan a sus anchas. 

    Aquí tenéis la prueba. No se si ante esto se puede hacer algo, pero supongo, desgraciadamente  no.  Al menos denunciarlo públicamente como ahora hago yo, y concienciar a todos para que  exijamos que se respeten los bienes particulares, y como en este caso lo bienes de todos. Una pena que en pleno siglo XXI, todavía tengamos que denunciar estas cosas.











domingo, 5 de octubre de 2025

RECORDANDO A MARÍA CUÉLLAR GONZÁLEZ, RECIENTEMENTE FALLECIDA EN ISCAR

        

MARUJA CUÉLLAR  (Foto: El Norte de Castilla)




        Ángel Fraile

    Hace unos días, fallecía en Iscar, Mª de los Ángeles Cuéllar González. La familia de María es muy conocida y querida en Iscar. Sus padres, eran naturales de Vallelado, y fueron Marcelino e Inés. Pronto la familia se instaló en Valladolid, donde regentaron una carnicería. Maruja, que así era conocida por todos, aunque había nacido en Valladolid, nunca se olvidó de sus raíces familiares y siempre presumía ser de Vallelado. Su esposo, ya fallecido también, D. Cruz Sánchez, de profesión veterinario, era natural de Villaverde de Iscar. Se instalaron en Iscar, donde formaron una extensa familia con 11 hijos. El padre de Maruja, Marcelino, era hermano de Salustiano Cuéllar, que fue alcalde de Vallelado en los años 50 y 60 del siglo XX. 

    Marcelino Cuéllar, en plena Guerra Civil, y tras el fallecimiento de Constantino Arranz en la contienda, a finales de 1936, propone al Ayuntamiento de Vallelado, que se le dé el nombre de una calle…” costeando el mismo el coste de la lápida destinada a tal fin”.


    Hemos visto la noticia del fallecimiento de Maruja, en el diario, El Norte de Castilla, así como el Obituario de  Luis Sánchez Merlo, que reproducimos a continuación. 


MARUJA CUÉLLAR,

LA PUERTA SIEMPRE ABIERTA EN LA PLAZA MAYOR DE ÍSCAR

        Luis Sánchez-Merlo

    El Norte de Castilla. Sábado, 4 de octubre 2025, 20:01

    Fallecida a los 92 años, deja en su familia, de nueve hijos, consortes, nietos y bisnietos, un modo muy personal de celebrar lo sencillo, con cercanía, generosidad y sentido del humor

    Nacida en 1933, María Ángeles (Maruja) Cuéllar González que vino al mundo en un tiempo difícil, marcado por la inquietud de una Europa al borde de la guerra, ha fallecido estos días. Su vida abarcó casi un siglo de transformaciones y desafíos: del carbón a la inteligencia artificial, de la radio familiar al universo digital. Fue niña en los años de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial, con una infancia de privaciones, a caballo entre Vallelado (Segovia) bastión familiar, y Valladolid, donde sus padres regentaban una carnicería en el mercado del Val.

    Más cerca de 'La Rubia', en el Camino Viejo de Simancas, en una finca con piscina y merendero, conoció -con los buenos oficios de su tío, Pedro Sánchez Merlo- al que sería su compañero de vida durante 45 años. Cruz Sánchez de la Calle, un joven apuesto, estudiante de Veterinaria y hábil con el tractor en la finca vecina.

    Testigo discreto y sereno de un tiempo convulso, marcado por guerras, cambios y esperanzas, Maruja supo encontrar lo esencial en lo cotidiano y lo hizo con una presencia constante y generosa. En ese entorno de esfuerzo y valores sólidos, forjó carácter en el colegio de la Enseñanza, donde aprendió el significado de la responsabilidad y del trabajo, virtudes que la acompañarían toda su vida. Creció en la España austera y contenida de la posguerra, y alcanzó la juventud en los años del desarrollismo, cuando el país empezaba a abrirse poco a poco al turismo, a la modernidad y a nuevas formas de vida.

    En un país que atravesó guerra, autocracia y democracia, supo adaptarse a cada etapa: de los años grises de la dictadura al entusiasmo de la Transición, cuando la Constitución del 78 trajo el aire fresco de la democracia. Vivió la entrada de España en el Mercado Común, el esplendor del 92, la llegada del euro y tantas transformaciones que cambiaron para siempre el paisaje del país que había visto nacer.

    Ya en el nuevo siglo compartió las incertidumbres de la globalización, las heridas de los atentados terroristas, la crisis económica y, más tarde, la pandemia que alteró el mundo. En sus últimos años aún pudo contemplar cómo la guerra regresaba a Europa con el conflicto de Ucrania. Su vida, que se apagó el 1 de octubre de 2025, atravesó casi un siglo entero. Pero, más allá de los grandes acontecimientos, quienes la conocieron guardan el recuerdo imborrable de su fortaleza, generosidad, humor y cercanía, siempre disponible para los demás.

    Una extensa familia

    En el número 13 de la Plaza Mayor de Íscar, la puerta de la casa donde vivió setenta años permaneció siempre abierta, para que cualquier niño pudiera entrar a beber agua mientras jugaba en la plaza. Deja en su familia y en todos los que compartieron su vida, ese modo suyo de celebrar lo sencillo: la conversación, la familia, la amistad. Una huella personal que seguirá viva en quienes tuvieron la suerte de compartir su camino.

    Escribió Miguel Delibes: «Morir no es malo para el que muere; es tremendo para el que queda navegando por la estela que el otro trazó».

    La estela que Maruja deja tras de sí es la de una puerta siempre abierta, la risa compartida y la fortaleza tranquila que acompañará a quienes tuvieron la suerte de estar a su lado.

    Se sobrepuso a las dificultades sin estridencias, con una dignidad que nadie olvidará. La buena cocina, las matanzas, las sobremesas compartidas, su sonrisa que desarmaba cualquier enojo, las rutinas diarias y el cuidado de nueve hijos —con sus consortes— de sus nietos y bisnietos, componen el retrato más íntimo de su legado.

    Y, siempre, el recuerdo imperecedero de Cruz, su compañero de vida; de sus hijos Juan Cruz (1968) y Javier (1986), fallecidos en edades tempranas; y de Victoria, esposa de su hijo Carlos, perdida en 2007 en un terrible accidente de tráfico.

    María Ángeles (Maruja) Cuéllar González nació en Valladolid el 6 de marzo de 1933 y falleció en Íscar, el 1 de octubre de 2025.



miércoles, 1 de octubre de 2025

ALGUNA FOTO MÁS DE LAS FIESTAS, REBUSCANDO POR AHÍ

    Como veo que os habeis quedado con ganas de más fotos, y ya van unas cuantas, rebuscando he encontrado estas que faltaban, algunas gracias a  Manuela. EL AÑO QUE VIENE MÁS, D. M.